sábado, agosto 13, 2005

La insoportable levedad de un pez


Bueno mis niños y niñas os propongo una actividad. Escribid como comentario una historia cortita sobre quien es éste hombre y que hace hace ahí. Por favor no mireis los demás e intentad ser seri@s. Al final os diré un secretillo.

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tragicomedia servia.

Drazen era su nombre. Orgulloso servio, cristiano de la fe griega y fiel seguidor de las tradiciones que su padre, Milan, y su abuelo (no recuerdo su nombre), le habían inculcado desde pequeño. Drazen tomó la decisión de casarse cuando sólo contaba con 16 años de edad con una prima que vivía en el vecino pueblo de Leposavic. Su prima se llamaba Valeria y tenía 13 años, edad más que suficiente para desposarse pues ya hacía dos años que había tenido su primera regla. La boda se celebró al mes de haber pactado el enlace y aquel día Drazen supo que había cumplido con la primera de las obligaciones que todo buen servio debía cumplir. Ahora tendrían una familia numerosa para ayudar en las labores de la pequeña tierra que su padre le había regalado el día de la boda. Pero los meses pasaban y los hijos no llegaban. Drazen rezaba y pedía humildemente la bendición divina. Por fin, tras 20 años de hacer hecho uso del matrimonio, Valeria quedó preñada y la alegría reinó en el hogar de los Bloguevic. El hijo nació, tras un parto de tres días, el día de San Juan y fue bautizado con el mismo nombre que su padre, como mandaba la costumbre, a los tres años de su nacimiento. Pero Dios quiso poner a prueba la fe de Drazen padre y ese mismo día su hijo se ahogó en la piscina en la que estaba siendo bautizado. En la fotografía podemos observar al padre, aun vestido de gala para la ocasión, sosteniendo a su difunto hijo al que, siguiendo la costumbre, se le vistió de luto.

11:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No puedo entender porqué jugar a los médicos con la muñeca que me han regalado en mi cumpleaños me gusta menos que jugar a los muertos con el hijo de mi vecino. No lo entiendo.

3:42 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cuando veo esta foto comienzo a recordar una época que no he vivido, cercana porque por algún motivo esta dentro de mi y el significado de las imágenes aunque distantes es y será el mismo siempre, solo las diferencia ese color amarillento como de suciedad característico de la fotografía de ese momento, pero no solo son detalles técnicos… Tiene algo esta imagen que te destroza por dentro, que te dice lo frágiles que somos y como nosotros mismos nos exponemos aun mas, creo recordar que el hombre tan malencarado que se ve junto al niño es la persona que intento salvarle, el chico se había metido en una balsa de riego y al ser tan pequeño aunque sabia nada muy bien, pues vivía en zona de ríos y lagos, fue succionado por la exclusa abierta que nadie había reparado y siempre se mantenía así, la verdad es que con la guerra de por medio no había tiempo, nuestro hombre pasaba por allí cuando le llego el sonido de un fuerte chapoteo y se asomo a mirar haciendo gala de la típica curiosidad humana, cuando vio al niño bajo el agua, sin pensarlo dos veces salto y haciendo alarde de una energía impropia de alguien que no estaba bien alimentado consiguió sacarlo. Una vez en fuera de la balsa consiguió reanimarlo y que escupiera el agua que había tragado, se lo llevo en brazos a su casa mientras el niño le lanzaba una mirada de agradecimiento que hubiera bastado para enternecer al mas tirano de los tiranos. El chico se repuso al día siguiente, mientras que este hombre localizaba a sus padres el niño fue aceptado en la casa como uno mas, pero unos días después, no recuerdo cuantos, el callo de pronto al suelo y el hombre preocupado se lo llevo a una cama, como el chaval no despertaba llamaron a una vieja del pueblo que sabia de hierbas, hubieran llamado al medico pero lo habían matado hacia un año, esta mujer intento reanimarlo pero después de un par de días dijo; que no podía hacer nada, que había visto los mismo efectos en algunos animales de la zona y que el único paso que le quedaba al niño era morir, el hombre tomo al niño en brazos se sentó en una silla y lo acompaño hasta el final, vio como la vida se iba apagando en el poco a poco. Ya no recuerdo mas, pero esta foto me lleva siempre a la misma tierra en la que no he vivido ni por espacio ni por tiempo es una época en la cual yo no había nacido, ¿Qué es lo que hace que yo lo recuerde con tanta claridad?

1:54 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Otra vez volvía a pasar por la puerta de la casa de Federico Suarez "el arrugao"; estaba vacia , sucia y con ese halo de misterio que envuelve a las casas donde ha sido asesinado alguien.
Y cuando pasó de largo camino del huerto , Mariano volvió a sentir el mismo odio que cuando lo mató aquella tarde de verano, cuando se enteró que su mujer estaba preñada de Federico, volvio a sentir el mismo fuego en su estomago que lo llevo a coger su escopeta y encaminarse a la casa de Federico, esperar que viniera del campo , apuntarle con toda la sangre hirviendole en las venas y dispararle una y otra vez en la cabeza, en el pecho, en los cojones.
"Que nadie se entere que este niño es de el"-le dijo a su infiel esposa-"Lo cuidaré como si fuera mi propio hijo".
Aquella tarde cuando volvió del campo, con la espalda quemada por el sol y el arado, se encontro a su mujer de rodillas llorando con su hijo en los brazos, inerte, seco, con los ojos brillantes.
"¿Por qué Señor, por qué te lo has llevado?"-decía la madre el día que, como era tradicion, llevaron al niño a realizarle una fotografia póstuma en brazos de sus familiares.
Cuando el fotografo les revelo la foto y se la entregó un par de dias despues, Mariano con la fotografia en su mano, la mostró a su mujer y le dijo: "No ha sido el Señor quien se ha llevado a tu hijo, mujer".

5:41 p. m.  
Blogger juan antonio bermúdez said...

Este hombre era el abuelo de mi abuelo. Y el niño que tiene en sus brazos era mi abuelo. Era ciego. Como mi abuelo. Como yo.

11:32 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cuando Martita vino al mundo, su padre sintió que su vida había cambiado para siempre. Era una fría tarde de invierno en el Teruel rural de 1926 y Eusebio sitió como un calor desconocido le invadía el tuétano de los huesos hasta encogerle el corazón.

La vida se convirtió entonces en un sencillo y agradable ejercicio de “transcurso cotidiano”, algo hoy perdido pero de lo que Eusebio supo hacer todo un arte. Martita creció abrazada a la pernera derecha de su pantalón de pana, como una prolongación de su sombra, pero blanquita y parlanchina, como dotada de una verborrea inacabable. Pasaron aquellos años sin que en un solo día Eusebio se sintiera abandonado por la invasión de humanidad que percibió aquella fría tarde de invierno y que antes ni había imaginado poder sentir.

Cuando Marta entró un dos de noviembre en casa con su cesta de mimbre llena de castañas tempranas, comprendió al ver a Martita que el “transcurso cotidiano” de sus vidas había huido transformado en un mero préstamo cuyo vencimiento repentino les embargaría el alma. La ingrávida lividez en el rostro y las manos de su hija hicieron que sintiera como su sangre se helaba cada segundo mientras buscaba en los ojos vacíos de Eusebio una explicación vana que diera consuelo a su desesperación.

Nadie supo jamás el porqué de la muerte de Martita, que nunca pudo llegar a ser Marta López, pero cuando dos años después Eusebio murió de pura pena bajo las aspas trilladoras de su tractor, nadie pudo evitar pensar que los “porques” a menudo y, sobre todo cuando se habla de sentimientos, son estúpidos y meramente accesorios.

8:42 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Eglógica escena propia de la sombría época que se vivió en las postrimerías de los años 20.

Fue sonada la noticia del descubrimiento de humanos con la capacidad de procrear. La pronta puesta en marcha del servicio de deshumanización impidió el inicio de una nueva plaga. De esta forma restauraba, como ya hiciera durante los siglos anteriores, la armonía con nuestra madre adoptiva, GAIA.

Sin embargo, somos muchos los que creemos que la extinción de la especie humana supuso un ataque a la realidad natural preoperacional de nuestro planeta. Por ello, seguiremos echando a volar la imaginación con la contemplación de imágenes de aquellos seres que se atrevieron a conquistar su planeta hipotecando por ello su futuro. Y seguiremos preguntándonos si no abremos actuado como ellos cuando los eliminamos de la faz del planeta.

Anfíbolo barbullador
Representante de la sociación sin ánimo de teorizar de los amigos de los humanos de GAIA.

9:40 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ese niño muerto lavado por su madre y en brazos de su padre no sabe que su progenitor vestido de novio ha gastado sus miserables ahorros en una foto que andados los años servirá para esto. Ay kashmir, de delicado nombre y áspero ánima.

12:29 p. m.  

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